Producto autóctono con más calidad, frescura, sabor y nutrientes que los productos que puedes recibir en tu restaurante tras haber dado casi la vuelta al mundo.
Productos de temporada que te ofrecen lo mejor de cada época del año.
Contribuir a reducir la emisión de gases de efecto invernadero gracias al ahorro del transporte desde lugares lejanos.
Cultivar tu propio huerto dará valor añadido a tu restaurante gracias a la relación de cercanía y confianza con tus clientes, cada vez más interesados en qué comen y de dónde procede.
Tú eres tu propio proveedor, por lo que te ahorras en gran parte establecer contacto con intermediarios.
Solo recoges lo que vas a cocinar; así, evitas dar un mal uso y reducir la cantidad de comida desechada.
Te permite llevar a cabo técnicas sostenibles de acumulación de agua para regar, de captación solar, calefacción con geotermia, drenaje vegetal, compostaje (normal o con hummus de lombriz).
Aprender las formas de cultivo de las diferentes verduras, frutas, hortalizas
Generación de más puestos de trabajo locales.
Obtener un sello distintivo que diferenciará del resto de restaurantes y que puede atraer nuevos clientes.